jueves, 22 de enero de 2009

La última tarde del mundo

Desde la mañana ya sentíamos que algo raro iba a pasar. Era una mañana gris, caliente, pero se sentía diferente. Nadie trajo nada. No había paquetes que enviar tampoco. Como es viernes el Gerente no vino. Es lo bueno de trabajar en la mensajería, a veces hay tiempos muertos, como de seguro ahorita estamos todos. Jugamos futbol en el patio, pero al mediodía nos ganó el calor… alguien comentó que el teléfono no había sonado para nada, tenía razón. Usamos el radio para preguntarle a los de Zaragoza si ellos tenían jale, no nos contestaron. Llamamos a Monterrey pero nunca levantaron el teléfono. Así lo hicimos con todas las líneas en todas las dependencias. Nada. Anita se fue a su casa, pues no había nada que hacer. Quince minutos después regresó llorando. No había nadie. Ni en el camino ni en la plaza ni en su casa. Marqué para ver cómo estaban Alma y el niño, pero tampoco hubo respuesta. Estamos solos. Por la tarde el cielo se puso rojo. Joaquín se subió a la camioneta y dijo que iba a buscar gente. Se fue como hace seis horas. Estamos solos. Estamos muertos.

martes, 20 de enero de 2009

Uno nunca sabe lo que le espera porque ¿la vida es como una caja de chocolates?

Hay cosas gachas que le suceden a todo el mundo, como ir al cine esperando que una película sea la revelación de la temporada y no lo sea. Al final uno acaba con una mezcla de frustración, ira, incomodidad y hasta aburrimiento, y aun así es un sentimiento tan conocido y tan experimentado por todos, que terminamos controlándolo; pero ir al cine esperando que una película sea terriblemente ñoña y aburrida y resulte no ser esto aunque tampoco todo lo contrario, saca de balance. Tal cosa me ocurrió con El curioso caso de Bejamin Button, película que vi la semana pasada.

No fue una buena película, tampoco mala. La historia me conmovió a ratos, las actuaciones estaban decentes, fue acertado no buscar una explicación científica en ningún momento (por aquello del toque fantástico), el manejo del ritmo estuvo cuidado, y lo más importante: logró captar la atención de toda la sala a pesar de su larga duración; tenía tiempo de no compartir una película con gente decidida a no gritar, usar su celular, o pararse del asiento. A pesar de lo anterior no me acabó de convencer, pues la fórmula me parecía muy gastada, a tal grado que inmediatamente encontré la relación: Forest Gump. Sí, un protagonista tiene bajo coeficiente intelectual, el otro solamente es viejo en apariencia, pero en todo lo demás se parecen. ¿Que no? Al menos encontré ocho similitudes en la estructura de la película, las cuales mencionaré a continuación:

1. Ambas películas están narradas por el protagonista, la diferencia está en que una se hace a partir de un diario y en la otra es el mismo personaje quien se sienta a contarla.

2. Ambas comienzan la historia a partir de la infancia.

3. La madre es un personaje fundamental en los dos filmes, posee la sabiduría de la vida, y de su boca sale la frase más célebre.

4. En ambas historias hay un gran amor que nace desde la niñez, pero necesita madurar para alcanzar la plenitud en la etapa adulta.

5. Los dos personajes poseen mucha ingenuidad respecto a la vida.

6. Esta característica crea la necesidad histriónica de un contrapeso cuya función sea ayudarlos en su descubrimiento del mundo cruel, lo cual se resuelve con un compañero de parrandas y dificultades, con coraza dura pero corazón enorme: El teniente Dan por un lado (Forest Gump), y el capitán del barco por el otro (El curioso caso…).

7. Tanto Benjamin como Forest viven las atrocidades de la guerra.

8. Ambas historias brindan una enseñanza respecto a cómo tomar la vida.


El punto es que me causa conflicto decir si me gustó o no El curioso caso de de Benjamin Button, pues a pesar de moderarse en cuanto a ñoñadas y lecciones bobas de mal gusto, tiene la escencia del filme mencionado, la cual no sólo me molesta si no me aburre, quizás porque no creo que la vida sea como una caja de chocolates…

lunes, 19 de enero de 2009

Los besos con pasión, buenos para la salud

*Tomado de Milenio, 19 de enero de 2009, Tendencias

Un beso es considerado fundamental en el contacto erótico y sexual de una pareja, “llega a ser, incluso, más fuerte y poderoso que la penetración. Con el beso la gente se hace mutuamente suya”, es lo que opina Andrés de Luna, profesor e investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana.

Para De Luna los besos tienen mucha geografía y no tienen fórmulas. Es igual de intenso dentro un salón de clases como en el interior de un automóvil, en la oscuridad deun cine o mientras se viaja en metro, en la clandestinidad o a plena luz del día, incluyendo áreas tradicionales como parques o el famoso Callejón del Beso.

Y es que con respecto a la polémica restricción que impuso Eduardo Romero Hicks, alcalde de Guanajuato, el secretario de salud, José Ángel Córdova Villalobos, también opinó: “Me parece un poco absurdo. Las expresiones de cariño uno tiene el derecho de manifestarlas donde le da uno su gusto”.

Pero más allá de su carácter erótico, estudios científicos y médicos del Instituto Mexicano del Seguro Social hacen alusión a algunos de los beneficios a la salud que ocasiona a la persona el simple acto de besar apasionadamente en la calle o en privado.

“Los besos apasionados provocan la liberación de adrenalina en el torrente sanguíneo, que aumenta el ritmo cardíaco, la tensión arterial y el nivel de glucosa en la sangre”, dijo Enrique Camarena, jefe del departamento Clínico del Hospital Héctor Tovar Acosta.

Cuando una pareja se besa, abundó, se estimula la parte del cerebro que libera oxitocina, creando una sensación de bienestar.
“La oxitocina es una hormona que influye en funciones emocionales que permiten enamorarse y, al mismo tiempo, está asociada con el afecto, ternura y el contacto físico”.

A nivel fisiológico, abundó, el cuerpo desprende endorfinas, llamadas “hormonas de la felicidad” que generan sensación de confianza, tranquilidad y armonía, goce que activa la progesteronaen las mujeres y la testosterona enlos hombres.

En un beso, precisó, hay una sensación de vacío en el estómago, dilatación en las pupilas, aumento en la temperatura corporal, incremento del volumen y ritmo de los latidos cardiacos, cuyas palpitaciones normalmente oscilan entre 70 y 80 latidos por minuto, pero, al ver a la persona amada, pueden sobrepasar los 100.

“Cuando se combinan estas manifestaciones químicas con aspectos psicológicos como admiración, atracción física, complementariedad, respeto y confianza, dan como resultado el fenómeno del amor”, dijo Camarena Robles tras referir que en este estado las personas tienen a enfermarse menos porque están felices.

El escritor Andrés de Luna, autor de Soles de la tarde: relato de lo instantáneo, considera que el beso pierde su magia cuando es comprado. “Nada peor para un beso que una lengua hoscaque se mueve a la velocidad de un lagarto. El beso pierde sus poderes de seducción, la saliva molesta como el agua en un naufragio. En esos casos, lo mejor es recobrar los poderes de la memoria, un beso suave, de lengua liguera es una entrada a un paraíso que uno puede incluso fechar en el Desierto de los Leones, una tarde de domingo”.

viernes, 16 de enero de 2009

Raúl y su mujer

-Quiero que te cojas a mi vieja
Así me lo dijo. Estábamos en la parte trasera del taller, los trabajadores se habían ido desde las seis. No era raro que Raúl me invitara unas cervezas después del trabajo, los negocios iban bien; el convenio estaba rindiendo frutos, él tenía los contratos y mi papá aportaba el taller. Desde el inicio supe que Raúl era un mujerigo, a veces me invitaba a los tables más chidos de la ciudad y siempre pagaba, el tipo tenía mucha labia y nuestros negocios le estaban rindiendo los dividendos necesarios para pagar.
-¿Espérate, qué dijiste wey? ¿a alguna de tus movidas?
-No. A mi vieja, a mi esposa. Quiero que te cojas a Lorena
-Pero ¿por qué cabrón?
-Mira wey, no sé, a veces uno se cansa nomás de coger… y siempre he fantaseado con que alguien se lo haga a Lorena mientras yo veo, es todo lo que tendrías que hacer, tú estas chavo así que no creo que haya mucha bronca contigo, ella ya sabe y no tiene pedos tampoco, qué ¿a poco ella no te gusta?
Claro que Lorena me gustaba, y mucho. Sí, era una señora, pero una señora de muy buen ver, además yo siempre había querido tirarme a una señora.
-Pos está cabrón, no sé
-Piénsale, no pierdes nada

Y así quedo la conversación, en las siguientes semanas no me quedé ningún día a tomar con Raúl, siempre le decía alguna excusa: que si los amigos, que si mi chava, que si mi carnal… él no insistía. Cada vez que lo hacía con Lucy -mi novia- no podía dejar de pensar en Lorena, imaginaba sus expresiones, si le gustaría, pensaba si podía enseñarme algo, si yo podía sorprenderla con algo, pero luego pensaba en Raúl, viéndome, tomándose una cerveza, fumando desde las sombras.

Un fin de semana en que Lucy no nos acompañó a la carne asada me emborraché y me quedé en la cocina con Lorena, mientras ella sacaba unos vasos de la alacena la abracé por atrás mientras le besaba el cuello, no me interesaba ser cariñoso, le puse las manos en los pechos, estrujándolos, eran tal como los había imaginado.
-No aquí, no así
Y se me escapó de las manos… me quedé besando su recuerdo, lamiendo los vasos que había tocado con sus manos. Días después seguía recordando sus palabras “No aquí, no así”; no estaba molesta ni enojada, lo dijo muy suavemente. Estoy seguro que le contó a Raúl.
-¿Entonces qué? ¿no has pensado en eso? ¿a poco no te gusta Lorena?
Y se reía…

Tres días después le respondí que sí, que estaba bien.

Me citó en su casa un viernes, cuando llegué me abrió la puerta Lorena, tenía puesto un vestido negro muy corto, me invitó a pasar y de la mano me llevo a una de las habitaciones del segundo piso. Raúl estaba sentado en un sillón frente a la cama.
-Pues de una vez ¿no?
Lorena me sentó en la cama, me acarició la entrepierna y fue hacia Raúl, quien ya había puesto coca en su mano, los dos la inhalaron y luego ella lo besó.

Su cuerpo era diferente al de Lucy, diferente al de cualquier mujer que había tenido, la oía gemir salvajemente, sus uñas arañaban mi espalda pero no me importaba, sus dos manos se aferraban a mí; entonces sentí una tercera mano en mis nalgas, valió madres el asunto.

viernes, 9 de enero de 2009

Ed

En el principio estábamos deformes… aún lo estamos, tal vez incluso más. Tenía tiempo de no escribir aquí, como siempre suele pasar en la vida necesitamos un factor externo para movernos, el motivo que me trae aquí es la despedida de Ed.

Gracias Edgar, por mucho tiempo mantuviste este blog con tus ideas, inquietudes y demás, espero haber sido uno de los muchos que entrábamos a ver qué era lo nuevo que escribías. Hoy has decidido dejar este blog para iniciar el tuyo, no me queda más que agradecerte a nombre de los Malqueridos por todo el apoyo a este proyecto y desearte éxito en tus siguientes escritos, sé que será mucho.

Gracias, brother.

Ahora, para la comunidad en general… a partir de la próxima semana iniciará el nuevo ciclo del blog, el nombré será el mismo, pero tal vez cambie la imagen… exhorto al resto de los deformes a que regresen a este lugar. Hago el compromiso de publicar al menos semanalmente.

Saludos y nos leemos….

jueves, 1 de enero de 2009

-1

Adiós adiós muchachos. Un placer fue compartir este espacio. Pueden seguir mi carrera meta-blogger-literaria en:

elnewkidontheblog.blogspot.com


Me independizo.

Pecaría de ególatra y soberbio (lo cual no me molesta y puedo hacerlo con holgura) al legar a la humanidad y a este tan caro blog, cuatro simples consejos que siempre digo cuando las despedidas, cuatro instrucciones simples para hacer la vida soportable:

1) No sean felices, sean personas
2) Jamás mirén hacia atrás, la sal no es buena para el cutis
3) Jamás miren hacia delante, las alas de la imbecilidad pueden revolotear sobre sus rostros
4) Jamás miren hacia ningún lado, quédense quietos y esperen que pase la ceguera, eso... sí que es una muerte tranquila


Adiós.