martes, 20 de enero de 2009

Uno nunca sabe lo que le espera porque ¿la vida es como una caja de chocolates?

Hay cosas gachas que le suceden a todo el mundo, como ir al cine esperando que una película sea la revelación de la temporada y no lo sea. Al final uno acaba con una mezcla de frustración, ira, incomodidad y hasta aburrimiento, y aun así es un sentimiento tan conocido y tan experimentado por todos, que terminamos controlándolo; pero ir al cine esperando que una película sea terriblemente ñoña y aburrida y resulte no ser esto aunque tampoco todo lo contrario, saca de balance. Tal cosa me ocurrió con El curioso caso de Bejamin Button, película que vi la semana pasada.

No fue una buena película, tampoco mala. La historia me conmovió a ratos, las actuaciones estaban decentes, fue acertado no buscar una explicación científica en ningún momento (por aquello del toque fantástico), el manejo del ritmo estuvo cuidado, y lo más importante: logró captar la atención de toda la sala a pesar de su larga duración; tenía tiempo de no compartir una película con gente decidida a no gritar, usar su celular, o pararse del asiento. A pesar de lo anterior no me acabó de convencer, pues la fórmula me parecía muy gastada, a tal grado que inmediatamente encontré la relación: Forest Gump. Sí, un protagonista tiene bajo coeficiente intelectual, el otro solamente es viejo en apariencia, pero en todo lo demás se parecen. ¿Que no? Al menos encontré ocho similitudes en la estructura de la película, las cuales mencionaré a continuación:

1. Ambas películas están narradas por el protagonista, la diferencia está en que una se hace a partir de un diario y en la otra es el mismo personaje quien se sienta a contarla.

2. Ambas comienzan la historia a partir de la infancia.

3. La madre es un personaje fundamental en los dos filmes, posee la sabiduría de la vida, y de su boca sale la frase más célebre.

4. En ambas historias hay un gran amor que nace desde la niñez, pero necesita madurar para alcanzar la plenitud en la etapa adulta.

5. Los dos personajes poseen mucha ingenuidad respecto a la vida.

6. Esta característica crea la necesidad histriónica de un contrapeso cuya función sea ayudarlos en su descubrimiento del mundo cruel, lo cual se resuelve con un compañero de parrandas y dificultades, con coraza dura pero corazón enorme: El teniente Dan por un lado (Forest Gump), y el capitán del barco por el otro (El curioso caso…).

7. Tanto Benjamin como Forest viven las atrocidades de la guerra.

8. Ambas historias brindan una enseñanza respecto a cómo tomar la vida.


El punto es que me causa conflicto decir si me gustó o no El curioso caso de de Benjamin Button, pues a pesar de moderarse en cuanto a ñoñadas y lecciones bobas de mal gusto, tiene la escencia del filme mencionado, la cual no sólo me molesta si no me aburre, quizás porque no creo que la vida sea como una caja de chocolates…

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