jueves, 13 de marzo de 2008
Crónicas de la infancia
El Benjas
Lugo y Luga son hijos del Benjas. Lugo no puede hablar bien, dice las cosas mochas. Benjas está medio loco, se come las tunas con todo y cáscara, sin quitarle las espinas, dice que es muy macho y no le da miedo nada, ni la vez que se le apareció el diablo y le cambió su alma por dos caguamas. Benjas siempre está sentado afuera de su tejabán, nunca se pone camisa, ni cuando hace frío. Los gárgolas le tienen miedo, por eso no le rayan las láminas ni risquean su casa.
Luga está chimuela, en segundo se le cayeron los dientes, ya está en cuarto y no le han salido. Ella también está medio lurias, nos platica que habla con las chivas y las gallinas que tiene en el patio de su cantón; en la noche se pone a cacaraquear con los gallos, uno ya ni sabe si son los gallos o si es
Lugo no sabe jugar fútbol, nadie lo quiere en su equipo, le pega con muchos huevos a la pelota y siempre la vuela a la avenida. Como el cabrón está bien trabado nadie le dice nada porque luego luego se le va a uno encima. Sabe qué día el Margarito le metió la pata y ¡zaz! que se va de puro hocico y que la sale toda la sanguacia. El Lugo nomás que se levanta, tumba al Gramblin y que le mete unos madrazos y unas patadas bien puestas. Margaro se puso grite y grite y que sale doña Pelos y don Margaro de la tienda, Margarote que agarra al Lugo de las greñas y que lo avienta y le mete una patada. El Lugo como que quiso llorar pero se aguantó las ganas, se levantó, patió el balón y que se mete hecho madre a su tejabán. Al otro día el Benjas fue a la tiendita y se la hizo de pedo al Margarote, al principio Margarote salió muy gallito, pero cuando ve que el Benjas trae un machetote, ni madres, que se quita el sombrero, agacha la cabeza, se limpia el sudor y que se retacha a su cantón. El Benjas se quedó un ratote mentando madres y diciendo pendejada y media afuera de la tiendita; luego llegó Rosalío y como que le dijo algo porque de rato ya estaban afuera de la casa del Momis tomándose unas caguamas.
Pinche Lugo es igual que el Benjas, ni aguanta nada. Cuando me agarró a chingadazos fue porque me reí cuando se puso a bailar rap en la casa del Pocho. Íbamos con el Gerry porque tenía greibor y poníamos a Emci Jamer y Vanila Ais para bailar breik dans, el ojete del Lugo le hacía bien curado, parecía que le dio el ataque de Aurorita y sacaba la lengua como chiva medio muerta, y que se me sale la risa y madres que me cae a putazos. Que llego llorando a la casa y no salí en un buen rato porque el Sotaco y el Muelas me arremedaban y se la curaban conmadre de mí.
Mi jefe me regaña cuando me ve que ando con Lugo, dice que no me junte con los cavernícolas porque luego les da hambre y comen carne humana. Anda encabronado porque el Benjas le dio unos palazos a
Luga tiene la maña de meterse en las casas, no se roba nada, se mete y ya, le gusta mirar las cosas de los vecinos, creo. Un día se metió a la casa de los maestros, en la privada, por
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Pinche Édgar, estos relatos te están saliendo pocamadre, al menos Crónicas de la Infancia y los Voyeurs de la Yare le dan vida a este deforme blog.
Gracias por tus comentarios mi buen. Ya estoy trabajando en otros, tengo como proyecto como 40 pequeños relatos. Luego nos juntamos y tallereamos los textos, pienso que se pueden mejorar.
Saludos desde lo más hondo y lúgubre de las Nuevas Colonias.
Publicar un comentario