Esta absurda sensación de sed por la mañana
o el deseo de no ser yo mismo
sino cualquier otro
con otro nombre otro rostro
con otra carne que me aprisione a las banquetas
y la muerte lenta de cada respiro
cada noche
todas las noches
la misma noche
esta ansia por salir a las calles
y desgastar un poco el cuerpo con el roce de los segundos
de las horas
de los años
de la vida entera
nacer nuevo
estrellarme en la estatua de mi nombre
olvidarme un tanto de mi sombra
dejarla morir
ahogarla en las luces de esta ciudad hambrienta
y lamer los labios a la muerte
susurrarle al oído
no estás sola
también tengo sed
también tengo frío
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