lunes, 31 de marzo de 2008

Esta absurda sensación de sed por la mañana

o el deseo de no ser yo mismo

sino cualquier otro

con otro nombre otro rostro

con otra carne que me aprisione a las banquetas

y la muerte lenta de cada respiro

cada noche

todas las noches

la misma noche

esta ansia por salir a las calles

y desgastar un poco el cuerpo con el roce de los segundos

de las horas

de los años

de la vida entera

nacer nuevo

estrellarme en la estatua de mi nombre

olvidarme un tanto de mi sombra

dejarla morir

ahogarla en las luces de esta ciudad hambrienta

y lamer los labios a la muerte

susurrarle al oído

no estás sola

también tengo sed

también tengo frío

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