miércoles, 12 de noviembre de 2008

víscera

no conozco el color
ni el idioma autómata
de lo que me hunde al mundo,

una colmena en mi pecho,
bisbea.

el enjambre eléctrico en mi cráneo,
murmura:

boca,
cabellos,
dentadura,

intestinos.

un animal paralelo
se curva,
retuerce fuera de mí,

como buscando humanidad.

cualquier día de estos
moriré sin darme cuenta,
entonces,
ese animal de entrañas,
como otro que también soy:

andará las calles convulso,
tierno como recién venido,
más certero y más lúcido,
también,
a pesar de mí

y el lastre de mi cadáver.

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