jueves, 3 de abril de 2008

Me digo una y otra y otra vez

me digo que soy Panero

como Panero era Pessoa y Pessoa

Álvaro de Campos


pero me sabe a ceniza todo lo que digo

me sabe al cenicero donde están las voces

de los amigos que no tengo


Y me desdigo, tantas veces,

me repito soy otro hombre

un hombre demente

que escribe que no sabe

si su sangre es de hombre o de cerdo


Fumo mucho. Demasiado.
Fumo para frotar el tiempo y a veces oigo la radio,
y oigo pasar la vida como quien pone la radio

y me duele no fumar mucho

me duele no decir Demasiado

me duele que mi boca no diga

oigo pasar la vida como quien pone la radio


Y soy tantas veces yo mismo

que termino siendo yo mismo

y me palpo el pecho de pronto, nervioso,
y no siento un corazón. No hay,
no existe en nadie esa cosa que llaman corazón


y me harto de esta inercia de los hombres comunes

del temor a la carne que me hunde los pies en el barro


Y me digo, tantas veces,

tengo la boca llena de sangre
y toda mi alma sabe a sangre

y sangre que sale de las grietas de mi cráneo


pero mi boca sabe a saliva

sabe al tímido aliento de cualquier hombre

sabe como saben las bocas

no a la sangre de cristo

ni al infierno

ni a la inútil carne de los recién nacidos

sabe a un golpe de viento en el frágil cristal de mi ventana

a eso sabe



a una larga nada

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