martes, 29 de abril de 2008

No tengo miedo ni esperanza. Desde un hotel exterior al destino, veo
una playa negra y, lejanos, los grandes párpados de una ciudad cuyo
dolor no me concierne.

Antonio Gamoneda




Es demasiada esta ciudad, harta, henchida por mil,

cientos, mil millones de cuerpos que se extinguen.

Esas diminutas luces desde lejos,

desde las alturas remotas de cualquier edificio,

y su ir y venir de arteria por doquier, extinguiéndose,

no las comprendo,

no entiendo su terco crepitar por las banquetas,

por las asoladas calles,

por todos lados.

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