jueves, 9 de octubre de 2008

Alere flammam veritatis



En abril de 2008 se denunció la supuesta corrupción de José Reséndiz Balderas, director de la Facultad de Filosofía y Letras (U.AN.L): “Balderas busca gestar las condiciones para que, al terminar su segundo periodo como director, Mireya Sandoval Aspront asuma la dirección en mayo de 2009 (larocka.info, 27/04/08). La acusación provenía de un estudiante que solicitó el anonimato “para no ser expulsado” debido a posibles represalias del directivo.

En octubre de 2008 son maestros de la facultad “que pidieron mantener su nombre en anonimato” quienes revalidan la denuncia hecha en abril, ellos declaran que:
Reséndiz Balderas cesó a varios funcionarios de su administración, para despejarle el camino a su compañera, Mireya Sandoval Aspront [sic] Comentaron que los directivos que han sido destituidos recientemente son Cástulo Hernández Gálvez, de larga trayectoria académica y quien fuera secretario general del Sindicato de Trabajadores de la UANL en 1979; Gabriela Elizondo Regalado, subdirectora de postgrado; Benigno Benavides, secretario de Postgrado; y Gabriel Aguirre, coordinador del Colegio de Educación. [sic] Asimismo, afirmaron que mientras hay maestros con 20 años de laborar sin obtener la planta, Mireya Sandoval obtuvo ese derecho en tres años, y así ha procedido con los profesores que son afines a sus intereses, brincándose los lineamientos establecidos en el Reglamento Interno y en el Estatuto General de la UANL, ya que los nombramientos de maestros de planta deben ser aprobados por la Junta Directiva de la Facultad, y no unilateralmente como ocurre en FYL(laquincena.info, 08/10/08).
Pareciera que la U.AN.L. ha dejado de ser un agente de cambio social y el espacio ciudadano donde se posibilita y alienta la libertad intelectual, la pluralidad y la abierta confrontación de las ideas. En lugar de la supuesta autonomía para la generación, la transmisión, la aplicación y la crítica del conocimiento, observamos que las facultades se han convertido en el reflejo de los vicios y corrupciones a que tan acostumbrados estamos en nuestro país.

Es lamentable, y también una realidad difícil de negar, que sean los beneficios personales y políticos los que se privilegien por encima de la calidad académica y la capacidad crítica. Significativo es, que en últimas fechas la Facultad de Filosofía y Letras destaque más por sus “escaramuzas políticas”, por los despidos furtivos de maestros, las irregularidades administrativas y las denuncias a prácticas corruptas, que por los logros académicos y sociales de sus maestros, investigadores y estudiantes. Esperemos que se aclaren las denuncias, se deslinden y se castiguen responsabilidades para que se cumpla el verdadero sentido de la universidad: alentar, ante todo, la flama de la verdad.

No hay comentarios: