Fue mi obligación transparente vivir otras vidas,
morir otras muertes y resucitar entre gente que no me conoce
Pablo Neruda
Me duele un poco menos el paso de los días,
andar de un lado a otro con el lastre del fastidio.
Nadie me conoce,
soy algo tímido y no espero del mundo
elogios, respeto sino indiferencia.
Salgo a las calles y sonrío,
lleno mis pulmones,
respiro,
algunas veces intento ser feliz y a ratos me sale.
¿qué otra cosa se puede hacer en una ciudad como esta?
Vivo el simulacro,
vivo,
conozco a los otros,
son como yo.
A nadie le importa nadie.
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