las absurdas palabras arrojadas a la nada,
los absurdos otros
abdicados por el tiempo,
muertos ya
de tanto replicarse.
uno a uno poco
o nada me dicen,
soy
ellos.
soy,
cada inútil palabra,
cada gesto
iracundo
o incandescente
o soberbio
negándose a
a la contingencia.
soy yo mismo
siendo otros,
máscara
o espejo,
sus palabras me dicen
lo que quiero escucharles:
aun,
antes del silencio,
condenado estaba,
ya,
desde siempre,
a ser la réplica
de los farsantes.
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