tampoco estos caminos conducen a ninguna parte
Roberto Bolaño
aquí el miasma cotidiano
del ahora
de los días de cada día
me descubre.
descubierto,
ante él,
expectante:
el ojo,
artefacto,
máquina espectada y
engrane al artificio,
representación.
ahora
aquí es ninguna parte,
aquí,
nunca ningún dios,
ninguno,
habrá de importunar el camino
de los que tampoco
marchan al fondo del ojo,
a ninguna parte.
diáspora.
aquí y
ahora diáspora.
y aquí hombre
o árbol
o arena
o fuego
o piedra
son lo menos que desvela el ojo,
son lo menos camino
que el ojo delata.
aquí es ninguna parte,
aquí no hay dios
ni máquina ni hombre,
ninguno.
simulacro:
el ojo.
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