jueves, 14 de febrero de 2008

San Nicolás, el municipio policiaco: toque de queda, muros divisorios y la guardia municipal

Toque de queda

Fue en el mes de junio de 2007 cuando el alcalde de San Nicolás de los Garza, Zeferino Salgado Almaguer (a.k.a. Chefo), decidió implementar un toque de queda para “prevenir el delito” y para “…supervisar que no haya jóvenes sin quehacer en la vía pública después de las 23:00” (Milenio, 28/06/07). Tal medida, totalmente cuestionable, pone de manifiesto la incapacidad de comprensión (y por tanto de acción) con la que las “autoridades” nicolaítas se enfrentan a un problema tan complejo como lo es falta de seguridad pública.

El toque de queda decretado en el municipio con “mejor índice de calidad de vida de la población en México y considerado nicho residencial de la clase pudiente y de la clase política regiomontana” (Proceso.com, 13/02/08), obedece y es consecuente a las “políticas” de represión y terrorismo de estado impuestos desde gobierno federal (iniciativa Mérida, reforma judicial, entre otras tantas linduras más). Como irónicamente comenta Joaquín Hurtado: “…al alcalde se le ocurrió tomarse muy a pecho la palabra presidencial: ¡Limpiemos México! Y zaz, la lumpeniza es ahora el Nosferatu, la peste negra, la gripe aviar, el azote de la barbarie en estos desolados cuadrantes…” (Letra S, 02/08/07).

No contento con aplicar (no sin una encuesta ciudadana, ante todo la democracia, claro está) a pequeña escala la temida reforma judicial (en la que todos somos culpables hasta demostrando lo contrario), a Salgado Almaguer se le ocurrió coronar su puntada con una risible afirmación:

...no es un toque que de queda, ya que al no arrestar a la persona no se está violando ningún derecho, además de que la ley no lo permite. Pues no realizarán detención de personas por estar en la calle, simplemente la patrulla los va a seguir para ver que están haciendo en las colonias si es que los sujetos no viven en los sectores donde serán encontrados. (El Porvenir 13/06/07)

El toque de queda no lo es, ya que, al perspicaz Zeferino se le ocurrió, cuántas ocurrencias, que si invertía el orden de los factores (en vez de encerrar a los ciudadanos en las comandancias se les expulsa del municipio) pues no es toque de queda. Entonces, no se les encarcela, simplemente se les acompaña, escolta e invita a salir de San Nicolás, definitivamente, eso nada tiene de anticonstitucional y ni qué decir de absurdo.

Quien nada debe, nada teme

Resulta aberrante y totalmente injusto que las autoridades apliquen este tipo de “estrategias”, pero más terrible y alarmante es que la ciudadanía que reside en San Nicolás (y el resto del estado), consienta e inclusive celebre estas prácticas autoritarias. Cito aquí un texto publicado en un blog, al parecer de un ama de casa de San Nico que opina sobre el tema:

Lo que se me hace curioso, es que quienes más se han quejado de él [del toque de queda], diciendo que es un atentado contra las garantías individuales, la constitución, y el derecho al libre tránsito, entre otras cosas, son gente que no vive en esta ciudad. Yo creo que quien nada debe, nada teme…Y es que esa ley se aplica más bien a las pandillas que pululan en algunos parques o esquinas, gente ociosa que está buscando sólo hacer “travesuras” [las comillas son de ella, igual las demás] por llamarlo de una manera suave. Aquí en el barrio […] se reúne una banda de muchachitos que no llega a los 18 años (casi todos andan en moticicletas) [rebeldes sin causa seguramente]. Por lo que la mayoría de los vecinos con quienes he conversado sobre el asunto de “el toque de queda” están más que felices con que por fin se implemente, a ver si se acaban las pandillas que sólo andan grafiteando, destrozando cosas y hasta robando. Y aunque estoy conciente que muchísima gente no está de acuerdo con esta medida que dicen que es anticonstitucional, yo en lo particular, lo apruebo, porque, al menos en el barrio donde vivo, ya estamos más que hartos de los robos y desmanes que hacen la pandilla esa de las motocicletas [confirmado, rebeldes sin causa] (El blog de Lula, lulabeth.com, 21/06/07).

El artículo 11 de la Constitución Mexicana dice que “Todo hombre tiene derecho para entrar en la República, salir de ella, viajar por su territorio y mudar de residencia, sin necesidad de carta de seguridad, pasaporte, salvoconducto u otros requisitos semejantes”. No obstante a Lula se le hace “curioso”, no tanto que la gente piense que el toque de queda (sin comillas) es anticonstitucional, sino que sean ciudadanos, que, nótese, “entre otras cosas” viven fuera del municipio, como si vivir fuera de San Nicolás fuera un defecto, un estigma.

Esa “ley” aplica sólo a las pandillas; es decir, a todo aquel que aparente ser pandillero. Por supuesto, el policía estará capacitado para medir, valorar y cerciorarse de la pandillerosidad del sospechoso en cuestión. Esa “gente ociosa” de la que habla doña Lula, puede ser cualquier ciudadano que a ojos de un policía parezca sospechoso ¿de qué? es lo de menos, sólo se necesita ser sospechoso y ya. Si los muchachitos que no llegan a 18 años ya andan en motocicleta pues entonces no roban por necesidad (nada más que no anden en Harleys porque entonces sí que se dedican a la venta de droga o algo por el estilo). Si lo que hacen sólo son “travesuras” entonces no es un problema de delincuencia, es más bien un problema de apreciación.

No es un muro, es una reja

El viernes 13 de febrero se publicó en los medios otra genial idea de Zeferino, una más, repito: cuánta ocurrencia. Resulta que para, de nuevo, frenar la delincuencia, el municipio de San Nicolás decidió implementar

una medida similar a la aplicada por Estados Unidos para “frenar la migración ilegal y el terrorismo”, el alcalde de San Nicolás […] anunció que para “blindar” su ciudad contra la delincuencia se construirá una barda de siete kilómetros de longitud y dos metros de altura a lo largo de los límites de la demarcación con los municipios de Guadalupe y Apodaca, en el lado norte del arroyo La Talaverna. (La Jornada 13/02/08)

El proyecto incluye la instalación de la malla a lo largo de los siete kilómetros de la frontera municipal y la colocación de cámaras de video sobre los puentes. Estas acciones blindarían colonias como Fidel Velázquez, Blas Chumacero, Talaverna, Residencial Talaverna, Cipreses, Residencial Cipreses y La Fe donde a decir de las autoridades municipales el índice de robos es muy elevado (Milenio 13/02/08).

Al parecer también se tiene planeado monitorear y cerrar los accesos en varios de los puentes que conectan a San Nicolás con otros municipios. Esto no es otra cosa que un estado de sitio, propiciado por un municipio policiaco, casi militarizado. Al toque de queda se anexa el estado de sitio y la implementación de una “guardia municipal” constituida por 26 elementos policíacos y 26 unidades móviles, esta guardia tiene como meta “la permanencia más cercana al lugar de los hechos” (El Porvenir 13/02/08), y tiene como fin último “el de realizar rondines en las colonias residenciales con el propósito de disminuir los robos a casa habitación El alcalde nicolaíta […] manifestó que este equipo permitirá trasladar a los oficiales de Policía de las colonias más tranquilas a las más conflictivas”. (Milenio 13/03/08) Esta guardia municipal, también denominada “policía de proximidad”, permitirá ejercer un control directo sobre la población.

Después de que Calderón concediera sólo 20 minutos al tema de la migración y al “muro de la vergüenza”, resulta evidente que Zeferino no ocuparía ni medio segundo para reflexionar sobre el asunto, menos aún sobre los vapuleados derechos humanos de los inmigrantes (ni de nadie), puesto que, sin salir del país, pretende establecer una valla divisoria para evitar que los delincuentes de otros municipios (puesto que los malhechores son de Guadalupe, Escobedo o Apodaca pero nunca de San Nicolás) “entren” a hacer fechorías a “su” municipio. Esta táctica netamente degradante y sin dudarlo fascista representa una terrible regresión y un golpe rotundo a los derechos ciudadanos y las garantías constitucionales de los mexicanos.

Y para variar Salgado Almaguer volvió a las andadas y argumentó jocosamente que: "No es un muro, es una reja […] el proyecto se llama blindaje de colonias, lo empezaron algunos vecinos en la Ciudad de México y ahora nosotros lo estamos trayendo a nuestras colonias" (cnnexpansion.com,13/02/08). Sin palabras.

Estamos ante el prototipo de un municipio policiaco, un municipio controlado y prácticamente en estado defensivo, casi como si se tratara de una guerra. La ciudadanía de San Nicolás y los municipios colindantes se encuentran en un situación de doble terror: no sólo hay que preocuparse por la inseguridad, las ejecuciones y los robos, ahora también se deben cuidar de dónde pueden pasar y dónde no, dónde son bienvenidos ¡se tienen que resguardar del control municipal!

No han faltado las quejas y duras críticas de la alcaldesa de Guadalupe, Cristina Díaz, quien refirió que la propuesta es discriminatoria e injusta (de igual forma no hay que sorprenderse si en los días que vienen Nati se pone la camiseta de héroe). En efecto, el muro es discriminatorio, pero tampoco se puede dar baños de pureza ya que en el municipio de Guadalupe esta condición se repite, tal vez en menor proporción, pero sucede. Sólo hay que dar una vuelta por la colonia Colosio (en las faldas del Cerro de la Silla, por avenida Eloy Cavazos a un costado de la Unidad Piloto) y ver cómo un fraccionamiento residencial construyó una barda de casi cuatro metros que obstruye la única salida a la avenida principal. Para entrar a la Colosio es necesario pasar por un arroyo seco, y cuando llueve hay que olvidarse de entrar, hay que preocuparse de cómo salir. Este tipo de casos seguramente se repiten en todo el estado y sólo subrayan la falta de tolerancia, la cerrazón y la marginación forzosa que se impone a las ya de por sí estigmatizadas “comunidades marginadas”.

Aislar, controlar y violentar a la ciudadanía de San Nicolás y municipios colindantes jamás será una opción eficaz para disminuir la “delincuencia”, lo único que va a suceder es que se van a incentivar los conflictos entre municipios, se va a generar más represión y van a acrecentarse los problemas entre los ciudadanos. Considero que como habitantes del estado de Nuevo León debemos impedir que se sigan cometiendo estas barbaridades, que como mencioné, sólo profundizan las escisiones y postergan las verdaderas soluciones a las distintas problemáticas de nuestras comunidades. El panorama se ve negro, bastante, en verdad, pero estoy seguro que está en nuestras manos proponer, criticar y hacer que nuestra opinión sea escuchada.

Edgar Eduardo Rodríguez Favela

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2 comentarios:

Héctor Pérez dijo...

Definitivamente los que planteas es una triste realidad, en algunas partes de la Ciudad de México se ha hecho efectivamente, pero han sido los mismos ciudadanos los que han tomado la decisión, pues el gobierno no les proporciona la seguridad necesaria, pero aquí el gobierno está imponiendo su decisión, incluso contra municipios. Chuy nos va a tratar diferente porque vivimos en Guadalupe? chale...

Unknown dijo...

Cierto es...

Absurdo es el mundo y absurda esta pinche ciudad. Ja, casi puedo asegurar: !vivimos en Springfield! pero sin la jodida diversión.