cuento los días,
uno a uno como a hormigas
mecánicas,
–que se amordazan
sobre el pan que se pudre en mi mesa.
cuento los días,
y uno a uno
a todos
los que he abandonado.
ya todos han muerto,
he muerto yo,
y también
–he renacido otro.
mientras el café se enfría,
este año y más,
seguiré
uno a uno,
muerto ya
y los que me han abandonado,
contándome los días,
sobre el pan,
el café frío
y las mecánicas hormigas
nutriéndose en mi carne,
que se pudre sobre
la mesa.
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