A mi padre
…y en lo que nos hemos convertido.
turbios y peces
en una burbuja,
sin más allá
que una
parquedad
estancada.
y
la fisura
del otro lado,
de lado de la membrana endurecida
en que nos desencontramos
cada vez
más solos y ateridos,
no hay
tiempo
ni habitaciones serenas
ni ventanas
ni descanso alguno
para este flotar
de agua espesa,
no hay nadie
con un amor tan grande
capaz de vencer
la amargura de los años.
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